25|06|2024
UN
NOBEL PARA MÍ
Yo, Javier Milei (episodio
2): el riesgo de un presidente con delirios de grandeza
De autopercibido "máximo exponente de la libertad a
nivel mundial" a autocandidato al premio mayor.
Megalomanía, encierro y ceguera: los datos que no ve.
"Soy el máximo exponente de la libertad a nivel
mundial", dijo Javier Milei el 21 de mayo pasado. A
partir de esa frase, este portal advirtió sobre el
riesgo que implica un presidente con delirios de
grandeza. Este lunes, el mandatario se arrogó el
copyright de una nueva teoría económica que le daría, si
saliera bien el experimento basado en el mayor ajuste de
la historia universal, el próximo premio Nobel. Los
delirios continúan.
La frase del mes pasado había alcanzado para darle un
subidón al volumen de las alarmas que ya sonaban fuerte
en torno al "carácter" del Presidente, tema sobre el que
viene alertando Marcelo Falak apelando a ese término que
la política estadounidense utiliza cuando pone en
cuestión la capacidad de un jefe de Estado para conducir
el gobierno.
La sentencia formó parte de una entrevista en la que el
mandatario mostró síntomas de dos tipos de delirios que
suelen venir en yunta, como las arañas: los de grandeza
y los persecutorios.
Dijo que no es él quien ataca, sino quien es atacado
porque "los liliputienses" que integran el resto del
mundo, especialmente "los políticos argentinos", no
soportan aquella condición de "máximo exponente de la
libertad a nivel mundial" que donde va causa "un
terremoto".
"La agenda de los políticos argentinos es la agenda de
los liliputienses. Yo estoy en otra liga y eso les
molesta porque muestra la insignificancia de los
políticos argentos, de lo berreta que son, de lo poco
que son, del poco alcance que tienen", infló el pecho.
—Te envidian un poco— lo ayudó con el guion Jonathan
Viale.
—Un poco, ponele— se subió el Presidente ladeando la
cabeza y dibujando una de sus sonrisas de campeón de la
ironía. "La envidia es una declaración de inferioridad",
dijo alguna vez el emperador Napoleón Bonaparte.
Después, su mente afiebrada ensayó una hipótesis
conspirativa circense: el conflicto que había desatado
con España era una construcción del kirchnerismo, que
tiene un infiltrado de fuste en la Moncloa. "Alberto
Fernández es asesor de (el presidente del Gobierno)
Pedro Sánchez", asoció.
Un Nobel para Javier Milei
Este lunes, en Praga, el Presidente dijo estar
"reescribiendo gran parte de la teoría económica" y
auguró que, si le "termina saliendo bien", estará en
condiciones de pelear por una condecoración de lustre
global. "Probablemente me den el Nobel de Economía",
arriesgó.
¿Chiste? Sobran los antecedentes para creer que habla en
serio.
¿Teminará saliendo bien? desPertar, el newsletter de
Letra P, listó este martes un conjunto de datos
desalentadores para el ensayo presidencial pero, sobre
todo, para el país y su población.
- En el primer trimestre de 2024, incluso antes de que
tomaran velocidad fenómenos como los aumentos de tarifas
y la destrucción de puestos de trabajo, el producto
bruto interno (PBI) se derrumbó un 5,1% interanual.
- El consumo se retrajo casi 7%.
- La inversión se derrumbó 23,4%.
- El desempleo trepó desde el 6,9% del primer trimestre
del año pasado y el 5,7% del cuarto a 7,7% entre enero y
marzo.
- La desaceleración de la inflación podría
interrumpirse: se espera un salto del 4,2% de mayo a un
5% en junio y una meseta larga hasta fin de año.
"Mientras en Praga (el Presidente) se autopostulaba al
Premio Nobel de Economía, en Buenos Aires se conocían
indicadores pésimos de actividad económica y empleo, el
nivel de desconfianza en su gestión bajaba otro peldaño
y los mercados de esta ciudad y de Nueva York eran sedes
de nuevos derrumbes del peso, las acciones y los títulos
públicos. Es más, en la capital de las finanzas
mundiales, un banco de inversión de primera línea salió
a detallar las inconsistencias de su plan económico y a
aconsejar a sus clientes mantenerse lejos del riesgo
argentino", escribió Marcelo Falak.
Javier Milei el Grande
La megalomanía, que es la manía o el delirio de
grandeza, es un rasgo necesario de los tiranos.
Lógicamente, esa certeza de superioridad conlleva el
desprecio por el resto de las personas, por tanto
inferiores, y niega, entonces, el valor de miradas,
opiniones, saberes y experiencias ajenas.
En el ejercicio del poder, la megalomanía esconde serios
riesgos.
- El megalómano es incapaz de conectar con la realidad
-no la ve- en tanto construcción hecha de estímulos de
un entorno formado por seres inferiores que nada valioso
pueden aportarle más que ruido, categoría en la que
podrían encajar, en la percepción presidencial, los
datos antes listados.
- Para el megalómano, como ser superior omnipotente y
autosuficiente, dueño de verdades absolutas y recetas
infalibles e insuperables, la crítica no puede esconder
más que malas intenciones. Quien critica, entonces, es
un agente enemigo que conspira porque envidia. La
maquinaria represiva que los poderes Ejecutivo y
Judicial coordinaron (la sociedad Patricia Bullrich &
Carlos Stornelli) durante y después de la jornada de
sospechosa violencia del miércoles 5 de junio, en
ocasión del tratamiento de la ley ómnibus en el Senado,
es dramáticamente sintomática: las personas detenidas
ese día, muchas de ellas al voleo, fueron acusadas de
las enormidades de sedición, terrorismo y tentativa de
golpe de Estado.
Ahí están: delirio de grandeza y delirio persecutorio,
una yunta de arañas ponzoñosas.
En el medioevo, los monarcas lideraban regímenes
absolutistas investidos, decían y se lo creían, por el
designio de Dios, una criatura todopoderosa inventada
por hombres para ordenar el rebaño de ese Señor
inapelable por bueno y por justo.
En el medioevo, los reyes y las reinas; más acá,
dictadores de toda calaña. "No se mueve ninguna hoja en
este país si yo no la estoy moviendo; los estoy viendo
desde arriba porque Dios me puso ahí", dijo Augusto
Pinochet, arquitecto en Chile de un modelo económico que
reconoce puentes sólidos con el que ahora construye la
ultraderecha en Argentina.
Milei fue investido con todas las de la ley por una
mayoría popular en elecciones democráticas
irreprochables. Con todo, en el ejercicio de esa
legitimidad suele encomendarse a las fuerzas del cielo y
a cuadrúpedos reencarnados que se escurren
misteriosamente de las fotos.
Megalomanía, paranoia y esoterismo. Las alarmas aturdían
el 21 de mayo, cuando Letra P advirtió sobre los riesgos
de un presidente con delirios de grandeza. Un mes y
cuatro días después, siguen escalando, con el condimento
extra de que el Congreso se encamina a robustecer, con
facultades especiales, el poder del jefe de Estado.
Fuente LP
|