13|08|2024
Un peronismo sin cabeza y sin
banderas se asoma a un abismo en el Congreso en las
elecciones 2025
En shock por la derrota de 2023 y el escándalo de Alberto
Fernández, arriesgará su predominio en el Senado y la mitad
de su bloque en Diputados. Alerta máxima.
Mientras en el ancho mundo del peronismo se preguntan hasta
dónde impactará en su electorado el escándalo que
protagoniza el expresidente Alberto Fernández, las
elecciones legislativas de 2025 ofrecen una chance de
cuantificar hasta dónde puede llegar en el Congreso la
pérdida de poder político de Unión por la Patria (UP).
La gestión fallida del gobierno del Frente de Todos y la
derrota en el ballotage ya habían limado los liderazgos y
agujereado las banderas peronistas. Ahora, el cóctel
corrosivo de violencia de género e irresponsabilidad
institucional que tiene en el centro de la escena a quien
hasta hace horas era el titular del PJ enciende todas las
alarmas en la previa del año electoral.
Unión por la Patria pondrá en juego el año próximo 14 de las
33 bancas que posee en el Senado, la cámara donde mandó a
gusto desde 1983 hasta 2021 y donde hoy es la fuerza más
numerosa, pero sin el poder de fuego suficiente para imponer
el cuórum y con una capacidad de alianzas limitadísima. En
Diputados, arriesgará 47 de las 99 bancas que aún siguen
amalgamadas, unidas por el espanto más que por el amor.
A la par de las matemáticas, la coyuntura política en las
provincias pronostica viento de frente.
Senado, zona de riesgo
En 2025 pondrán en juego sus escaños en la cámara alta la
ciudad de Buenos Aires y las provincias de Entre Ríos,
Neuquén, Río Negro, Tierra del Fuego, Salta, Chaco y
Santiago del Estero. En esta última, UP arriesgará los tres
escaños, porque el blindaje del gobernador Gerardo Zamora le
permite tener en sus manos los dos asientos de la mayoría y
también el que corresponde a la oposición. La incógnita en
este caso no pasa por el resultado electoral, sino por la
durabilidad de los lazos con el mandatario santiagueño, un
pragmático que fue seducido en varias ocasiones por la Casa
Rosada.
En la ciudad de Buenos Aires, la banca que hoy ocupa Mariano
Recalde está en riesgo, porque la disputa entre el PRO y La
Libertad Avanza (LLA) puede llevar a que Mauricio Macri y
Patricia Bullrich encabecen las listas en una pelea para
alquilar balcones. El bastión macrista siempre fue esquivo
para el peronismo y una oferta derechista de ese tenor puede
volver estéril cualquier alquimia electoral.
En Entre Ríos asoma una ventana de oportunidad. Edgardo
Kueider termina su mandato. Ingresó al Senado por el extinto
Frente de Todos, pero hoy revista en el bloque Unión Federal
y juega libre, pegadito a Victoria Villarruel. El peronismo
quiere recuperar ese escaño, pero se enfrenta al juego
coordinado que ya empezaron a delinear el gobernador Rogelio
Frigerio y la hermana presidencial Karina Milei para no
dividir el voto que saben común.
En cada uno de los cinco distritos restantes UP arriesgará
dos bancas. Debería ganar para mantenerlas en su poder. En
Salta, Neuquén y Río Negro sería una hazaña: su poderío
electoral viene en retroceso y debe lidiar con oficialismos
provincialistas que juegan en modo catch-all y ya se
deglutieron una porción de sus bases. Por eso el
kirchnerismo hace rancho aparte para salvar al menos un
escaño en los pagos de Gustavo Sáenz. En las dos provincias
patagónicas la situación es similar. En tres distritos donde
Javier Milei arrasó en 2023, el mejor escenario hoy es la
carambola de terciar entre LLA y los frentes provincialistas,
para salvar al menos una de las dos bancas que posee.
Siempre y cuando Juntos por el Cambio no decida salir a la
pista para su último baile.
Oposición en Chaco y oficialismo en Tierra del Fuego, con
una oferta electoral atomizada, sólo el eventual derrumbe
del gobierno de Milei en la consideración popular pareciera
ser la carta para que UP se alzara con el triunfo.
La madre de todas las
batallas en Diputados
Sin la boleta presidencial traccionando desde el tope de la
tira, las elecciones nacionales legislativas suelen ser, en
verdad, 24 batallas provinciales simultáneas donde las
lógicas locales resultan decisivas. En la disputa por llegar
a la cámara baja, la mirada se posa en los distritos donde
hay más bancas en juego.
Buenos Aires vuelve a ser entonces la madre de todas las
batallas. El peronismo pondrá en juego 15 asientos en el
distrito donde el mileísmo aún no logró hacer pie y que
Karina Milei tiene entre ceja y ceja. El kirchnerismo y el
massismo deberán arremangarse para conservar su poder. Entre
otras figuras, terminan sus mandatos alfiles K como Sergio
Palazzo, Hugo Yasky, Vanesa Siley, Daniel Gollán y Mónica
Macha; y también Cecilia Moreau, Daniel Arroyo, Mónica Litza
y Marcela Passo, que se referencian en el Frente Renovador.
Un montón.
En Santa Fe y en la ciudad de Buenos Aires UP arriesgará
tres escaños por distrito. En la primera, el PJ quedó
duramente golpeado y en dispersión tras la derrota que le
propinó Maximiliano Pullaro. En la segunda, la lista para la
cámara baja sufrirá la sobreoferta de figurones de la
centroderecha mencionada antes.
En Córdoba, retener la banca que ocupa Pablo Carro será una
tarea titánica con el Partido Cordobés de Martín Llaryora
aspirando electrones sueltos en su contienda contra la
fuerza de Milei, que logró el 74% de los votos en el
ballotage, y Luis Juez y Rodrigo de Loredo basculando entre
sumarse a la ola violeta y hacerle RCP a Juntos por el
Cambio.
En Mendoza, otra provincia donde Milei arrasó y gobierna el
radical Alfredo Cornejo, UP se juega con viento en contra
dos bancas de cinco en disputa. En Tucumán el problema es
otro: Elia Fernández y Agustín Fernández terminan sus
mandatos, pero se fueron del bloque por decisión del
gobernador Osvaldo Jaldo. La cosecha del PJ tucumano no
arrastrará nada para el lado de UP.
Elecciones 2025, un
desafío
Por fuera de los seis distritos electorales más grandes, los
escaños se cuentan de a uno. Donde gobierna UP, excepto
Buenos Aires, hay nueve bancas en disputa. Las estrategias y
los resultados para el bloque dependerán del rumbo que tomen
los mandatarios provinciales. Una cosa es Sergio Ziliotto y
otra muy distinta es Raúl Jalil, por ejemplo.
En las cinco jurisdicciones que administran coaliciones
provincialistas (Neuquén, Río Negro, Misiones, Santa Cruz y
Salta), UP arriesga en total tres escaños, que deberá
defender en las mismas condiciones arduas descriptas en la
pelea por el Senado.
En este escenario, el peronismo se asoma a un abismo
parlamentario en 2025. Tampoco la tienen fácil el PRO y la
UCR, que, como contó Letra P, se juegan dos de cada tres
bancas en Diputados y un tercio de sus escaños en el Senado.
Mientras reza para que la economía no se desbande en una
espiral incontrolable que arrase con el favor ciudadano que
hoy lo sostiene, Javier Milei se frota las manos.
Fuente LP
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