03/08/2022
Massa asume con
guiño kirchnerista, CFK hace un doble juego y el
Presidente consagra la alteración del poder
El nuevo ministro inicia su gestión luego de lograr
el respaldo interno reclamado. La ex presidente se
mostró con él en una foto muy cuidada. Y lo hizo en
un marco sacudido también por las duras acusaciones
que la exponen en la causa Vialidad. Alberto
Fernández, relegado
Sergio Massa asume hoy el manejo de casi toda el
área económica. Llega con guiño explícito pero para
nada lineal del kirchnerismo. Transcurrió apenas un
mes desde la caída de Martín Guzmán. Pasó la breve y
muy modesta gestión de Silvina Batakis, y quedaron
en el camino varios funcionarios. Con todo, el punto
destacado es otro. En aquel inicio de julio, el tema
saliente era la forzada restauración del diálogo
entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de
Kirchner, algo que debía ser normal convertido en
extraordinario. Hoy, el dato fuerte es la foto
-cuidada y sugerente- de la visita del nuevo
ministro al despacho de la ex presidente. Una postal
de doble sentido, en medio del impacto del alegato
fiscal en la causa Vialidad. Y la consagración de la
anomalía del poder.
Massa ya definió todo el equipo, básicamente propio,
sin interferencias de Olivos y con algunas zonas (AFIP,
Energía, Banco Central) fuera de su dominio directo,
al menos en el arranque. Se verá allí cómo es la
convivencia interna. Llega el turno de los anuncios,
con eje en las cuentas públicas, los subsidios, el
dólar, los precios. Las precisiones de tales
medidas, la aplicación y los resultados que vayan
produciendo serán decisivos en el terreno doméstico,
en el corto plazo y en la perspectiva de 2023. Eso
piensan todos.
La secuencia de los últimos días expuso el
corrimiento del eje en el interior del oficialismo.
Y distintas realidades. Massa estuvo el lunes con
CFK y ayer en Diputados, para formalizar su
renuncia. La ex presidente se fotografió con el
nuevo ministro y lleva un par de días atendiendo el
desarrollo de la causa por el manejo de la obra
pública y la relación con Lázaro Báez. El Presidente
tomó juramento a Mercedes Marcó del Pont, que tuvo
que dejar la AFIP y ahora asume en la más devaluada
secretaría que ocupaba Gustavo Beliz. Ayer, encabezó
un acto en Catamarca.
Massa, por supuesto, tiene clara la trascendencia
del respaldo político. Y busca escenificarlo. Su
despedida en Diputados fue significativa, en las
bancas oficialistas y en las tribunas, con gente
propia. Fue un clima de lanzamiento de gestión y, a
la vez, una demostración que pareció ignorar la
dimensión de la crisis económica, social y también
política. Algo de eso expresó el recambio de
autoridades de la Cámara baja a esta altura del año,
es decir, fuera de época.
El ministro de triple título -Economía, Producción y
Agricultura- insistió desde siempre en el control de
la mesa económica y en la necesidad de respaldo
político interno. Lo hizo ante el Presidente cuando
Olivos aún se aferraba a Martín Guzmán y lo repitió
en el interregno angustiante de Batakis. También se
lo planteó a CFK, cuyo poder de veto -o de
aprobación- agudizó la pérdida de poder
presidencial. Otro actor, colectivo, sumó su juego
abiertamente: los gobernadores siguen con atención
el tema. Fueron pieza clave para forzar el recambio
ministerial y ahora transmiten inquietud frente a la
posibilidad de cualquier poda de fondos a sus
provincias. A su modo, los jefes sindicales y de
movimientos sociales aliados acompañan y demandan.
Con esa mezcla de expectativas para oxigenar la
gestión frente a la profundidad de la crisis y a la
vez tratar de amortiguar el ajuste, la presencia de
esos actores será tema de lectura política este
miércoles, en el acto de asunción de Massa. Se verá
si se cuidan las formas. No ocurrió ayer en
Diputados. Esa escenografía ayudó a amalgamar la
reacción opositora, mezcla de prevenciones y sus
propios movimientos internos. Juntos por el Cambio,
el peronismo cordobés, otros provinciales y la
izquierda eligieron el camino de la abstención.
Facilitaron, pero no avalaron la designación de
Cecilia Moreau.
Previo a ese acto formal, la foto de Massa con CFK
fue valorada de manera unidireccional como gesto de
aval, luego completado por la actitud de Máximo
Kirchner y Eduardo “Wado” de Pedro, en el recinto de
Diputados. Pero el juego de la ex presidente
contempla más de un tablero. Está preocupara por la
suerte de esta gestión, aunque en la primera línea
de su lista -y también por eso- se sigue anotando el
frente judicial.
Extraña coincidencia, o no tanto, la foto en su
despacho fue producida el mismo día en que Diego
Luciani y Sergio Mola iniciaban su alegato en la
causa que expone los vínculos entre las gestiones
kirchneristas y Lázaro Báez. En las dos primeras
jornadas de exposición, los fiscales trazaron
algunas líneas centrales de la acusación. Dijeron
que Néstor Kirchner y CFK “instalaron una matriz
extraordinaria de Corrupción” y mostraron algunos
intercambios de José López con autoridades de
Austral Construcciones que dejaron otro título para
el final del gobierno de Cristina Kirchner: “Limpiar
todo”.
La foto en cuestión podría tener entonces más de una
connotación. La ex presidente y su círculo vienen
exponiendo desde hace rato diversas cargas sobre el
terreno judicial. Hay, con todo, un cambio
significativo y es el que unió la repetida consigna
del lawfare con una estrategia para colocar a CFK
como víctima de una operación de los poderes
fácticos para proscribirla el año que viene.
La Corte como principal objetivo y esta causa por su
actual desarrollo -aunque no es la única- alimentan
esa posición. Es probable que crezca, con el correr
de los días y a tono con los tiempos del alegato
fiscal, que llevaría por lo menos una semana más.
Algo anticipó ayer mismo La Cámpora con un nuevo
video en Twitter: imágenes de una marcha en Comodoro
Py y discurso de CFK contra los jueces. Por lo
pronto, el kirchnerismo comenzó a impulsar una
campaña -especialmente, en las redes sociales- bajo
la etiqueta “Todos con Cristina”.
No se trata únicamente del núcleo duro, desde los
dirigentes de La Cámpora hasta Axel Kicillof y
algunos intendentes y funcionarios kirchneristas.
También, exponentes de lo que se consideraba parte
del círculo presidencial, en primera línea ministros
como Juan Zabaleta y Gabriel Katopodis, la diputada
Victoria Tolosa Paz. Y además, nada ingenuo, el
“renovador” Daniel Arroyo. Juan Manzur también se
pronunció, aunque no con un tuit sino ante algunos
micrófonos.
La ex presidente coloca su situación judicial como
tema de gobierno. Fue asimilado por Alberto
Fernández en el discurso y en la práctica. El punto
no sería exclusivamente una cuestión de gesto
personal del nuevo ministro. El problema es la
proyección para la gestión -ahora con Massa en lugar
central- si la reacción de CFK escala en esta etapa
gravitante del juicio por el manejo de la obra
pública. Las fotos pueden decir distintas cosas si
cambia el contexto.
Fuente: Infobae
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