17|08|2024
¿Milei
ve la crisis de las provincias?
Por Martín San Pedro
La recesión golpeó ingresos brutos, el principal
impuesto de las provincias, mientras Nación no paga
sus obligaciones previsionales. Una salsa picante se
cocina en el interior. ¿La ven?
La idea de las periferias y los centros es
filosóficamente profunda, muy debatida en la
academia, pero en la Argentina, el testimonio es
vivido con honda significancia. Desde la compulsa
que definió nuestro sistema republicano encabezado
por Urquiza hasta los peones rurales que llegaron
como extranjeros a la parís latinoamericana un
diecisiete de octubre, o el Cordobazo, la reforma
universitaria, en dos mil uno los piqueteros del
conurbano, todas expresiones que sorprenden desde la
periferia un status quo de poder central.
La cruzada de ajuste que llevo adelante el gobierno
nacional desde el mes de diciembre golpeo
fuertemente los sistemas de recaudación
provinciales. Para entender este golpe es importante
considerar que en términos de financiamiento por
recaudación propia, las provincias, tienen como
principal elemento el impuesto a los ingresos
brutos, este, representa aproximadamente un tercio
de la recaudación general del esquema provincial. En
consecuencia si la economía se apaga, la recaudación
también.
Paradójicamente, las estructuras estatales de las
provincias en este contexto, se ven en una doble
encrucijada, primero, la de sostener los compromisos
fijos con una caída de ingresos en muchos casos
superior al quince por ciento de su recaudación,
como si ese obstáculo fuera poco, además, resultan
obligadas a contener una inaudita demanda sobre sus
estructuras, demanda que llega de sectores medios
que pierden su obra social o no la pueden seguir
pagando y recurren a la salud pública, como así
también, el sistema educativo cuya demanda trepa a
niveles históricos.
En medio de ese torbellino que las circunstancias
obligan a soportar con estoicismo, el gobierno
nacional tomo una serie de decisiones
particularmente dirigidas al interior en términos de
recorte que algunas provincias decidieron cubrir.
El incentivo docente, por ejemplo. En febrero el
gobierno nacional decidió eliminar el Fondo de
Incentivo Docente (FONID) que supo costar años de
lucha y reclamo, carpas blancas y clases públicas.
Esa decisión, la de eliminar una parte del salario
de los maestros del país, en el caso de Córdoba fue
absorbida por el ya disminuido sistema recaudatorio.
Es decir, se recauda mucho menos, se tiene que
soportar mayor demanda y además suplir
solidariamente con los maestros un derecho que la
nación les quito.
En ese mismo periodo el gobierno nacional decidió
eliminar por completo el subsidio al transporte
público en todo el interior del país, salvo en
buenos aires y AMBA. Esa decisión, arbitraria.
Represento un incremento brutal del valor del
servicio en todas las ciudades de la Argentina.
Capital de Córdoba por ejemplo debe cubrir cerca de
ocho mil millones mensuales para evitar un pasaje
seis veces más caro que el porteño. La liga de
intendentes que en algún momento comenzó Llaryora y
hoy protagoniza Daniel Passerini creció en el
reclamo.
A ese contexto debemos en Córdoba sumar que la
Nación desde diciembre ha dejado de cumplir su
compromiso con la caja de jubilaciones, con lo cual
la provincia se hace cargo del pago previsional que
le correspondería y le significa casi dieciocho mil
millones de pesos mensuales.
Esta situación de ahogo financiero que lleva
adelante en política económica el gobierno nacional,
reunió esta semana a tres gobernadores del llamado
interior productivo.
La realidad desproporcionada que atraviesan las
provincias productivas llevaron a una reunión de
gobernadores del centro Martin Llaryora, el
gobernador de Santa Fe Pullaro y Rogelio Frigerio
gobernador de Entre Rios exclamaron por el fin del "porteñocentrismo".
La idea de que las crisis se pagan por tiempo y
proximidad esta en el ambiente y el termómetro marca
fiebre. Mientras tanto el gobierno hace caso omiso a
los reclamos que se oyen desde allá. Cuando la
periferia es el centro.
Fuente LPO
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